En los últimos años hemos experimentado que el deporte está cada vez más de moda, y por consiguiente aumenta la cantidad de carreras populares,maratones, duatlones, triatlones… que se realizan al año. Cada vez son más las personas que se apuntan a practicar esta pasión y habitúan frecuentemente este tipo de competiciones. Según fuentes del Consejo Superior de Deportes, más del 60% de los corredores aficionados que han participado o participan en carreras y competiciones populares, nunca han realizado una prueba de esfuerzo. En algunas de las pruebas, hemos presenciado diversas situaciones límites, como desmayos, dolores pulmonares… entre otras muchas, y desgraciadamente ha habido varios fallecidos por muerte súbita en plena carrera.
Esto que os contamos son datos que aterran, nos encanta que el deporte sea cada vez más habitual y rutinario, sobre todo que lo podáis disfrutar al máximo, pero cuando hablamos de salud y deporte, la prueba de esfuerzo es el mejor entrenamiento para nuestro cuerpo y debe estar incluida por lo menos, una vez al año (suponiendo que practicamos deporte semanalmente y participamos en pruebas de alta intensidad). No importa el nivel que tengas, si eres profesional o simplemente aficionado, este test que os vamos a detallar a continuación, debería de ser obligatorio en tu planning de entrenamiento, nunca hay que escatimar en cuanto a salud se refiere.
La Prueba de Esfuerzo es clave por varios motivos:
- Averiguar nuestro estado de salud, capacidad física y pulmonar
- Saber si estamos capacitados para pruebas de alta intensidad
- Conocer cuales son nuestros límites y como mejorar el entrenamiento
¿Qué procesos tiene una prueba de esfuerzo?
En primer lugar se advierte al deportista una serie de pautas antes de realizar dicha prueba, como por ejemplo no entrenar en exceso un día antes, tomar alcohol o café unas horas previas entre otras… Una vez estemos en la clínica, el especialista realizará una serie de preguntas habituales, tales como enfermedades, alergias, problemas hereditarios… Una fase de información adicional que ayudará a la progresión y consecución del examen médico.
Posteriormente se hace un pequeño análisis físico del deportista tanto cardiovascular como muscular para medir la actividad cardíaca, flexibilidad, fuerza, etc, necesitamos conocer más nuestro cuerpo y así adaptar la prueba de esfuerzo eficazmente.
Una vez terminado este análisis previo comenzamos la prueba de esfuerzo; ya sea en una cinta corredora o en una bicicleta estática en la que se irá aumentando progresivamente la intensidad, siguiendo unas pautas establecidas por el especialista.
En esta fase final vamos a llevar nuestro cuerpo al límite y obtendremos distintos resultados referentes al umbral aeróbico (donde se trabaja a intensidad media y moderada) y umbral anaeróbico (intensidades altas y extremas). Aquí se valorará la frecuencia cardíaca, el proceso y el transcurso de un umbral a otro.
Junto al resto de pruebas realizadas, el especialista podrá proporcionarnos información vital sobre la salud de nuestro corazón y estado pulmonar en intensidades muy altas, y determinar si hay o no alguna anomalía e irregularidad. Además, conociendo todos los puntos y evolución del proceso de los umbrales, podremos optimizar nuestros entrenamientos siempre bajo la supervisión de un entrenador profesional o especialista, obteniendo mejores resultados a largo plazo.
Como ya sabíais muchos de vosotros, y los que hoy han leído sobre este tema por primera vez, la prueba de esfuerzo es algo realmente importante, ya no solo porque nos permitirá mejorar el rendimiento en los entrenamientos, sino porque cuando hablamos de deporte de gran intensidad y de salud, nunca hay que ignorar este tipo de mitos, esto es una realidad. Debemos de conocer dónde y cuáles son nuestros límites y por supuesto poder disfrutar el deporte como se merece.
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