El interés que generan las grandes pruebas nacionales e internacionales, la velocidad que uno puede alcanzar o el volumen de kilómetros que pueden sumarse. Muchos son los argumentos que llevan a los deportistas aficionados a practicar el ciclismo de carretera de forma más o menos regular. Para saber más sobre esta bonita y dura modalidad, qué mejor que la voz de la experiencia de Javier Ramírez Abeja, ex ciclista profesional, ahora en VIATOR.
Cuando uno empieza con la bicicleta de carretera, como sucede con otros deportes, se abren incógnitas y misterios que hay que resolver poco a poco. Uno de ellos, que aparentemente no destaca tanto, es la biomecánica, muy importante según Javier: “Hoy en día hay mucha información y creo que no cuesta nada ajustar nuestra posición cuando entrenamos. Llevar una buena postura es fundamental si tenemos en cuenta que pasaremos muchas horas encima de la bici”.
Empezar poco a poco e ir de menos a más. Es un consejo habitual entre los iniciados a un deporte que en este caso Javier también recomienda con creces. “No solo tenemos que conocernos a nosotros mismos sino también descubrir el mundo de la bicicleta. Saber que no por meter más desarrollo vas a avanzar más. Es más importante la cadencia. Y el viento también juega un papel decisivo”. El viento y el agua, que es otro elemento de peligro. En caso de lluvia, Javier recomienda llevar cubrezapatillas, chubasquero y disminuir la presión de los neumáticos.
Sin duda, el hecho que los ciclistas compartan carretera con los vehículos hace que tengan que estar siempre muy atentos ya que cualquier fallo o despiste puede ser fatal. Con la experiencia que acumula, Javier cree que debe existir un respeto mutuo: “Como ciclistas somos los primeros que tenemos que dar ejemplo, sobre todo cuando vamos en grupo, que es cuando pueden provocarse más accidentes”.
Por la duración de los entrenamientos, que en el caso de la bici de carretera puede ser de muchas horas, es esencial llevar una buena alimentación antes y durante el ejercicio físico. El andaluz siempre tiende a seguir el mismo patrón: “Respecto las barritas, tomo un bocado cada 20 minutos así que más o menos me dura una hora. Prefiero comérmela en varias partes que no toda de golpe”. En cambio, los geles los deja para la parte final del entrenamiento. ¿Por qué? “Al final, cuando ya estás más cansado, con el esfuerzo es más difícil alimentarte y las barritas se hacen difíciles de comer. Los geles pasan mejor”. Además, frutas como el plátano también son muy efectivas.
También sigue un orden concreto con la hidratación: “Sobre todo cuando aprieta el calor, tengo preparado un bidón con sales que me tomo al principio, y ya después viene el agua”.
Por último, este ex ciclista profesional, que ha participado en dos Giro de Italia, cuatro Vuelta a España y varias clásicas de un día, como la Lieja-Bastoña-Lieja (su favorita), apunta algunos consejos a tener en cuenta:
“De entrada, especialmente cuando se empieza, es importante escuchar y tomar nota de lo que explican los más experimentados. Y, sobre todo, ir poco a poco. Es mejor ir corto de kilómetros al principio y después incrementar volumen si todo va bien. No hacer barbaridades de kilómetros que no llevan a ningún lado”.
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